lunes, 9 de noviembre de 2009

24º Festival Internacional de cine de Mar del Plata


Se desarrolló el 24º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, al que asistieron Lucas de Araujo y Pablo Dragovetsky. Ellos son estudiantes del 2º año de la Carrera de Guión en Guionarte y fueron elegidos por las autoridades de la escuela para representarnos, invitados por el Programa País.

Aquí los informes que redactaron Lucas y Pablo al regresar del festival:

Lucas de Araujo E Sá - GUIONARTE

Gracias al Programa País, fui becado para participar en el 24º Festival Internacional de Mar del Plata representando a la institución Guionarte que me eligió para formar parte del mismo. El prestigio que mantiene y mantuvo el Festival durante estos veinticuatro años lo han convertido, indudablemente, no sólo en parte de Mar del Plata, sino en parte de nuestro país porque nos representa de manera soberbia como una nación de alto contenido cultural y excelente propuesta artística de nivel internacional.

Durante mi estadía en esta hermosa ciudad – que no visitaba desde mis lejanos años como niño- pude mirar una gran cantidad de películas de todo tipo, nación y género, y quiero mencionar lo sorprendido que me ha dejado el Festival por el excelente nivel artístico y de selección que se lograba apreciar en las piezas cinematográficas, convirtiendo cada mañana, y a pesar del cansancio de los días previos, en un excelente horario para mirar películas que participaban de la Competencia Internacional. Como guionista, me gustaría mencionar el gran tratamiento visual y, por lo tanto, de escritura que poseían la gran mayoría de las películas que participaba en la competencia.

Algo que llamó mi atención fue el uso excesivo pero siempre triunfante de la estructura de raconto en un gran porcentaje de películas. Generalmente, esta estructura se utiliza para películas que desean tener un fuerte impacto al comienzo, con una situación que será retomada casi a mitad del segundo acto cinematográfico. Recuerdo el excelente uso de este recurso en películas como “Mal Día Para Pescar” de Álvaro Brechner, película mejicana con un gran atractivo estético donde el raconto inicial narra un descontrol social en un pequeño pueblo con una persona gravemente herida y con pocas posibilidades de salvación. El uso de esta estructura, logra que el espectador vaya descubriendo la historia para llegar al momento culmine en que todo estalla y el raconto cobraba sentido.

No obstante, a pesar de ser un recurso que, bien utilizado, puede provocar una mayor atención por parte del espectador desde un comienzo, mal utilizado puede destrozar por completo una película: éste es el caso de “El Perseguidor”, película con una fuerte puesta de realización y un arriesgado uso de cámara pero con un mal planteamiento estructural que perjudica por completo la película. En la misma, el mal uso del raconto se provoca por querer utilizarlo como mero recurso estilístico sin, quizá, haber una necesidad inherente en la historia para llevarlo a cabo. Por lo tanto, la película empieza con el raconto que formará parte del tercer acto y resolución de la película, no solamente provocando unos primero diez minutos de película tediosos donde la confusión y la falta de necesidad tornan a la película en aburrida, sino porque a mitad de la misma uno puede adivinar el final, convirtiendo el clímax en poco sorprendente y sin sentido.

También se me viene a la cabeza el film ganador a mejor película: “Cinco Días Sin Nora”, donde la estructura lineal y clásica funciona de manera perfecta de comienzo a fin, sin la necesidad de ningún tipo de recurso estructural y con momentos que delinean un humor negro delicado y eficaz. La película trata sobre una mujer de edad madura, separada hace veinte años de su ex-marido que vive en un departamento frente al de ella, la que decide quitarse la vida y su antigua pareja debe hacerse cargo del cuidado del cuerpo durante cinco días en la casa de ella, demostrándose que lo más trágico como la muerte puede servir para hacer renacer el amor más apagado. La película, de un sencillo pero fino tratamiento visual, plantea al diálogo como principal herramienta dramática, casi como una obra de teatro, sin utilizar golpes bajos y de falsa emotividad, pero con fuertes momentos visuales que convierten a la pieza en una excelente obra digna de ver.

En mi opinión, una de las mejores películas del festival fue “Dogtooth” de Yorgos Lanthimos. La película, a pesar de no tener una estructura fuerte y con un objetivo que se desdibuja por momentos y es poco claro al comienzo, desde el principio plantea un universo único donde los hijos de una pareja son engañados por sus padres y son arrastrados a vivir durante décadas encerrados en su propia casa a través de trampas que fueron inculcadas desde pequeños por su propia familia. El padre es el único “capaz” de salir de su casa y llevar una vida normal con un trabajo cotidiano y corriente. A pesar de tener un crecimiento dramático lento y contemplativo, el riesgo argumental que plantea el film es por momentos crudo y cruel, y permiten que el espectador viva, al igual que la protagonista, el mismo estado de incertidumbre por el mundo exterior que varias veces fue demonizado por sus padres. Con un final abierto pero necesario e inevitable, se demuestra que el ser humano, por más límites y miedos que se le imponga, siempre va a terminar quebrando el sistema impuesto y tratará de llevar a cabo su propia revolución. Con una tesis universal, como debe ser, la película permite varios y diferentes análisis, no solamente desde el ámbito familiar, que es lo que plantea superficialmente la película, sino desde la manipulación que se vive día a día en todas las áreas de la vida humana.

Otra película de similar característica es “Visioneers”, película que plantea un mundo agotador y de una gran superficialidad donde a los hombres les explota la cabeza cuando alcanzan su máximo grado de saturación. Al igual que “Dogtooth”, “Visioneers” carece de una estructura clásica y por momentos termina empantanándose, sin embargo, el universo creado es tan fuerte que la propia película provoca admiración, risas y una fuerte identificación peculiarmente tratada.

Una de las películas argentinas que pertenecían a la competencia internacional fue “Vikingo”. Con actuaciones pobres, una progresión dramática casi nula y con situaciones que rozaban lo exagerado, consiguió, en cierta forma, retratar fielmente el universo motoquero con imágenes crudas y precisas que logran sobrellevar la película hasta el final y convertirla en un material digno de ver.

Por otro lado está “V.O.S.”, película española que dignamente ganó el premio del Festival a mejor guión cinematográfico. La película, simple en su argumento, tiene un fuerte tratamiento de guión donde ficción, realidad y la ficción dentro de la realidad se conjugan de manera magistral provocando escenas de una arriesgada puesta en escena donde el mecanismo cinematográfico que se devela, lejos de provocar molestia, genera atención y risas en el espectador. La película trata de la relación amorosa de dos personas, sin embargo, una de ellas es director de cine y al tiempo que se nos cuenta a nosotros, espectadores, la película, somos partícipes de la realidad que vivió el protagonista pero también de la realidad de la realización mientras se filma la película de su propia vida. Idea fuerte, bien planteada y sin caer en confusos laberintos, permite varios juegos con el espectador que logra seguir a la perfección.

Una de las maravillas que permitió el Festival fue la integración del mundo ficcional al mundo real, llevando a la proyección, por ejemplo, las figuras del documental “El último aplauso”, excelente documental argentino con un gran desarrollo que llevó diez años de realización y con el plus de que los protagonistas estuvieron presentes al final de la proyección.

Para finalizar, me gustaría mencionar el nivel de excelencia que mantuvo el Festival durante mi estadía en Mar del Plata y que seguramente ha logrado sobrepasar a lo largo de estos años: desde la excelente selección de las películas, pasando por las completas retrospectivas y visitas de artistas como Fesser, la posibilidad de ver obras como “A Serious Man” (Cohen) o “Antichrist” (Lars Von Trier), como también la posibilidad que brinda al estudiante de acercarse cómodamente a materiales difíciles de conseguir y gratos para el alma. Debo reconocer que ésta es la primera vez que asisto a Mar del Plata para ser parte de este Festival pero también puedo asegurar que no será la última.


Pablo Dragovetsky – Guionarte

Como Estudiante de Guionarte (escuela de Guión y creatividad), fui invitado a participar de Programa País 2009, mediante el INCAA. El otro invitado de la escuela fue Lucas De Araujo E Sa. El Programa fue diseñado para favorecer la presencia de participes de la industria; y de Estudiantes, a quienes supone como futuros participes de la industria. En ese sentido realizaré el informe para la Escuela y para el Programa País de lo percibido entre el 7 y el 11 de Noviembre.

En lo que refiere directamente a lo cinematográfico, note una variedad importante, interesante, y capaz de satisfacer a todo tipo de público. Ya que lo que se encontraba exhibido (Fuera y dentro de competencia) colmaba las exigencias genéricas de todo tipo de espectador. El análisis que puedo hacer de lo que vi (quiero aclarar que solo vi películas realizadas en 2008/ 2009) refiere a dos tendencias marcadas. Por un lado me encontré con estructuras cinematográficas clásicas, concisas y claras; y por otro lado había películas que buscaban una experimentación por fuera de lo clásico. Generalmente las películas mas clásicas (“Cinco días sin Nora, Cartas a Papa Jonás, Moon, Mal día para pescar, Visioneers”, por citar algunas obras) fueron mejor recibidas por el publico y por el jurado en general. Pero el resto (“Karaoke, Dogtooth, Anticristo” por citar otras, hacen aportes fuertes a la reflexión del ambiente creativo de la industria. También he notado que los personajes de la mayoría de las películas reflejan en gran medida el escepticismo general que hoy en día reina en la sociedad. Y al ver tantas películas seguidas uno puede hacerse una idea de la tendencia, o movimiento que esta adoptando el guión cinematográfico contemporáneo, Historias de personajes que perciben un contexto hostil, y reaccionan con descreimiento.

La organización general del Festival fue excelente, la grilla de películas permitía optar entre maratones cinematográficas, o bien un programa seleccionado por segmentos (competencias, Panorama, Ciclos). Nosotros optamos por la maratón cinematográfica y ciertamente el estado general con el que llegamos al último día fue digno de verse. Yo por mi parte había llegado a un estado ridículo en el que me resultaba más natural el lenguaje cinematográfico, que el de la vida real. Ese estado me llevo a concluir ciertas ideas respecto a la eficacia del Programa País. Creo que su objetivo de favorecer la presencia de estudiantes y miembros de la industria esta completamente satisfecho, pero creo que hubiera sido útil implementar ciertas obligaciones respecto a actividades que hagan interactuar a los invitados del programa. Porque de alguna manera, a nosotros nos paso que nos costaba siempre optar por ir a las actividades, ya que siempre había una oferta de películas jugosa para ver (de hecho en 5 días vimos 27 películas). Entonces, si hubiéramos estado obligados a participar de actividades de intercambio, nos hubiéramos evitado el vicio cinematográfico, en favor de una interacción fructífera con otros participantes de distintos sectores. De todos modos, naturalmente alguna interacción siempre queda propuesta, y la experiencia participar en este festival es preciosa.

El clima general que reinaba en el Festival era muy extraño. De alguna manera, integra muy bien varios sectores de la sociedad: Ciudadanos Marplatenses, Cinéfilos, Trabajadores de la industria, y organizadores. Eso generaba, por ejemplo, un dialogo siempre distinto con los espectadores de las salas: El dueño de la ferretería que me pregunta “¿Qué tal la película de Lars Von Trier?”; La jubilada que me dice “No entendí nada de esta película espantosa”; El señor con anteojos de marco que afirma “Debería haber un cambio en la tendencia moderna respecto al flujo temporal cinematográfico”; O incluso en el restaurante del hotel “¿Así que sos guionista? Mira que interesante, podríamos hablar en el verano para ver si hacemos algo”. A mi eso me parece un aporte grande para la experiencia de cualquier individuo, conciente o inconciente de la importancia del crecimiento cultural del país.

Espero con ganas el Festival internacional de cine de Mar del Plata 2010, ya que la experiencia es particular desde toda óptica.

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